La espiritualidad beneficia al corazón, según cardiólogo
Mezclar la salud con la espiritualidad no siempre fue bien recibido por la comunidad científica. Con el paso de los años, esto ha cambiado, y numerosos estudios han demostrado que este factor es crucial en la recuperación y tratamiento de pacientes con ciertas enfermedades, especialmente aquellas relacionadas con el corazón.
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Para explicar más sobre los efectos de la espiritualidad en los corazones de los pacientes, Iran Gonçalves Júnior, cardiólogo intensivista del personal médico del hospital Albert Einstein, habló sobre las diferencias entre la religiosidad y la espiritualidad y su impacto en la salud de la población.
“La dificultad de separar estos conceptos hace que muchos autores no diferencien los términos rigurosamente en sus investigaciones o los utilicen casi como sinónimos. Independientemente de los problemas metodológicos, el interés en investigar este fenómeno surgió de la observación de que las personas descritas como espirituales manejan mejor su condición de salud y, con frecuencia, viven más tiempo”, dijo.
Lo más interesante es que la espiritualidad permite que las personas estén menos estresadas porque pueden enfrentar momentos de tensión de una manera más tranquila. “Los estudios demuestran que las personas con una mayor espiritualidad o religiosidad manejan mejor las situaciones de estrés, quedando menos expuestas a los efectos perjudiciales de las hormonas y otras sustancias liberadas por el organismo en estas situaciones”, explica Iran.
Un ejemplo de una situación que pone nerviosa a cualquiera es el diagnóstico de enfermedades como el cáncer. “Las enfermedades crónicas, las afecciones cardiovasculares y el cáncer son situaciones de alto estrés orgánico y emocional, ya sea por el diagnóstico o por el tratamiento prolongado, agresivo y doloroso.”
Por eso, la espiritualidad o religiosidad ayuda al paciente a enfrentar ese sentimiento de angustia o incluso el malestar causado por la enfermedad o el tratamiento. “Poder enfrentar estos desafíos de una manera más tranquila conduce a una mayor y mejor capacidad para hacer frente a la enfermedad, ayuda en la adhesión al tratamiento y en la toma conjunta de decisiones”, continúa el médico.
Iran también destaca que las personas que llevan este estilo de vida tienden a ser más pacientes y desarrollan menos problemas psicológicos. “Por lo general, necesitan menos medicamentos ansiolíticos y analgésicos, por ejemplo.”
El cardiólogo también habla sobre el consumo de alcohol y otras sustancias, que generalmente es menor en las personas que toman más en serio el aspecto espiritual. “Estas personas hacen un menor uso de alcohol y drogas, son más sociables, menos propensas a sentirse solas o abandonadas, menos ansiosas o deprimidas. Se cree que estas características pueden prevenir o retrasar la aparición de algunas enfermedades, como las cardiovasculares”, agrega.
Iran también hace un llamado a los médicos y hospitales para que incorporen este tipo de práctica espiritual en el tratamiento de pacientes con enfermedades graves. “Los hospitales deberían tener programas que respalden y brinden espacio para estas manifestaciones, y los médicos deberían mostrar empatía hacia esta dimensión humana que ayuda a enfrentar problemas de salud difíciles”, concluye.